El
verano ya está aquí y es el momento de unas merecidas vacaciones,
hacer las maletas e ir de viaje a la playa o la montaña para
desconectar.
Si habéis decido ir a un destino de mar y
piscina, es muy recomendable que los peques de la casa, hayan
empezado a tomar contacto con las piscinas y la natación. Un peque
que sepa desenvolverse en el agua es una tranquilidad para la
familia, si en un momento de despiste, el peque se aleja de nuestro
lado y se aventura solito a ir a la piscina o a acercarse hasta ella.
La
natación infantil trae muchos beneficios para los niños y
bebés, además de ser una actividad que les suele gustar, más aún
cuando se dan un chapuzón con mami, papi o los dos a la vez.
Es
muy beneficioso para el peque empezar antes de los 6 meses su
contacto con el agua en una piscina, ya que es cuando el bebé mejor
se puede adaptar a este medio.
El papi o la mami le pueden hacer
zambullidas y flotar fácilmente. De
esta manera logrará en poco tiempo una independencia en el agua.
Si vamos a clases con un
monitor especializado en natación para bebés, nos indicarán los
ejercicios y los tiempos que los bebés deben estar en la piscina
para que empiecen a disfrutar de esta actividad.
En
cuanto a los beneficios
de la natación para los bebés:
- Desarrolla sus capacidades sensoriales y psicomotrices.
- Beneficia su coordinación muscular.
- Favorece su alineación postural.
- Mejora su condición cardiovascular, y por tanto, la resistencia del bebé.
- Incrementa la fuerza gracias a los ejercicios musculares, favoreciendo que se produzca un temprano desarrollo de habilidades motrices tales como gatear o caminar.
Si el peque es más grandecito, dos o tres años, la
natación se caracteriza por ser una actividad deportiva muy
completa, con
este deporte se trabajan y ejercitan los músculos, la coordinación
motora y el sistema circulatorio y respiratorio y se contribuye
en el desarrollo de la independencia
y la
autoconfianza del niño.
Si
no es muy amigo del agua y de las piscinas, hay que empezar por ir
poco a poco, sin obligarle, invitándole con juegos y si ve que los
papis disfrutan y se lo pasan bien, puede animarse a entrar en el
agua.
Podemos empezar en una piscina pequeñita para los peques, metiendo los pies para que vaya acostumbrándose al agua y con juegos. Poco a poco puede tener ganas de meterse del todo en la piscina pequeña y luego con papi y mami pasar a la grande.
Podemos empezar en una piscina pequeñita para los peques, metiendo los pies para que vaya acostumbrándose al agua y con juegos. Poco a poco puede tener ganas de meterse del todo en la piscina pequeña y luego con papi y mami pasar a la grande.
Si
optáis por enseñar vosotros mismos a nadar a vuestro hijo aquí van
unas recomendaciones:
- Es importante mostrarnos seguros ante el niño, evitar frases del tipo “así no que te puedes ahogar”, mejor decir, “esto es mejor para nadar más rápido”, que no sienta miedo al agua.
- Entre juego y juego, le cogéis de las manos y le podéis decir que empiece a patalear fuerte como si sus pies fuesen el motor que mueve un barco. Le podéis soltar las manos poco a poco, dejando que flote unos segundo él solito. Si no quiere soltarse, le seguiremos sujetando las manos hasta que él mismo nos pida que le soltemos.
- Debéis usar vuestra creatividad e imaginación para hacer juegos con el peque en el agua, para que vaya cogiendo confianza.
- Una vez que ya ha conseguido flotar por si mismo, hay que estimularlo animándole a que nade cada vez a distancias más lejanas, de forma espontánea y sin seguir técnicas, como él pueda. Puedes ponerte un poco retirado y decirle que tiene que llegar hasta a ti. Si ves que es muy lejos, acércate un poco más.
- Felicitarle, pero sin pasaros, cada que le veáis con más confianza y seguro en el agua.
En
cuanto a los beneficios de la natación para los niños más
grandecillos:
- La personalidad se asienta de forma más fuerte.
- Deja de lado el egocentrismo.
- Fortifica la musculatura.
- Tiende a ensanchar las espaldas a la altura de los hombros.
- Para niños agresivos, los vuelve más tranquilos.
- Aumenta la capacidad cardíaca.
- Ayuda a la estabilización en los niños.
- Las articulaciones tienen más movilidad.
- La inteligencia se agudiza.
- El sueño es más tranquilo y profundo.
- Desarrolla la estabilidad emocional.
- Aumenta la autoconfianza y por lo tanto autoestima.
- Mejora la relación entre padre e hijo.
- Inculca la disciplina.
- Desarrollan las normas de convivencia.
- Aceptan las reglas y los límites con más naturalidad.
- Aceptan los fracasos.
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